Muy abundante y algo esquivo, el Mirlo común (Turdus merula) es cada día más popular, pues los encontramos con mayor frecuencia entre la vegetación de pueblos y ciudades. El negro de los machos, con su característico pico y anillo ocular anaranjado, llama poco nuestra atención; sin embargo, cuando le observamos entre la nieve, el negro sobre blanco, contrasta sobremanera, llamando de forma considerable nuestra atención. El contraste es enorme, y quizás sea cuando más se aprecia el naranja de pico y ojo.
La fotografía ha sido realizada en estos días, con el temporal de lluvia y nieve, en la Sierra de Gredos. En general, tienen poca comida y buscan entre la nieve algo que llevarse al pico. Son días duros para los pájaros.
Este pequeño pájaro, sobre todo los machos, nos llama la atención por el color negro de la cabeza en forma de capucha, con collar blanco en el cuello y pecho anaranjado. Pero lo que, a mí personalmente, me llama más la atención es su aparente desproporción: una cola muy corta y una cabeza que parece muy grande en relación al resto del cuerpo.
Por otro lado, la Tarabilla común (Saxicola torquata) es muy inquieta, posándose en cualquier sitio, aunque gusta de zonas dominantes. Mueve la cola constantemente al igual que las alas, lanzándose continuamente al suelo en busca de insectos que llevarse al pico.
Eso es lo que parece que está realizando esta coneja, recolectando hierba fresca y antiguos tallos secos de la temporada anterior. En un rato repitió la misma operación varias veces, siempre eligiendo más cantidad de materia seca. De vez en cuando se levantaba, y sin dejar de recolectar, vigilaba su entorno con mucha discreción. Todo el material lo llevaba a su madriguera y rápidamente volvía a por más. Me resultó gracioso y la hice algunas fotos.
Poco hay que decir del vistoso plumaje de la Perdiz común (Alectoris rufa), conocido incluso, por los más profanos en la materia. Estamos en febrero y ya están separándose los grupos, el motivo no es otro que la llamada del celo. Comienzan los roces y combates entre los machos, que se disputan el cortejo a las hembras. Ya sabemos que este ave de páramos y llanuras no es amiga de hacer grande recorridos, pues se mantiene en áreas reducidas a lo largo de su vida; sin embargo los bandos se dispersan y forman parejas para la reproducción. Aunque en los lugares donde hay mucha abundancia, es sabido que los machos se desentienden de la primera hembra e intentan formar nuevas parejas.
De las cuatro subespecies de cabras que hay en la Península Ibérica, la Cabra Montés de Gredos (Capra pyrenaica subsp. victoriae), de alguna forma, se la debemos al entusiasmo de Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, marqués de Villaviciosa de Asturias, al que algún día haré un pequeño homenaje en este blog. A lo que iba, digo eso de la deuda, porque gracias a su entusiasmo y tesón, hoy día podemos disfrutar de esta especie en el Sistema Central. Pedro Pidal creó un refugio en el Coto Real de Gredos, en el que contrató como guardas a los mayores furtivos de la zona. Los ejemplares iban disminuyendo a pasos agigantados, llegando casi a su extinción. Después de crear el Coto Real, se pudieron recuperar rápidamente las poblaciones. Actualmente podemos disfrutar de estos bóvidos; de su espléndido porte, con unos cuernos de gran tamaño y aspecto muy saludable.
Los álamos que hay en la ribera del arroyo que pasa por mi casa parecía que se iban a resquebrajar. El viento los zarandeaba como si se tratara de pequeños arbustos, y eso que algunos miden más de 20 metros. Las nubes pasaban a una velocidad increíble, parecía una carrera de alta competición. Aquí os dejo una de las fotografías que tomé anoche.
Como podemos observar en esta imagen, además de álamo temblón, también existe en el interior del bosque algunos ejemplares de "roble bailón". Como broma vale, pero la verdad es que este ejemplar ha debido tener una vida algo ajetreada, pues el aspecto exterior que tiene el árbol nos muestra que ha pasado por diferentes episodios traumáticos. Posiblemente éste sea su último invierno. Estos robles son verdaderos testigos del bosque, pues facilitan información muy valiosa del pasado de estos enclaves: años secos y lluviosos, plagas de insectos, amputaciones humanas o por rayos, inquilinos, etc.
Composición abstracta
En esta imagen nos salimos de lo real, de aquello que podemos concebir como un lenguaje visual reconocible. Nos adentramos en el mundo de la abstracción, de lo que no somos capaces de reconocer en el primer golpe de vista, pero que nos atrae visualmente. Tiene su propio significado, aquel que nosotros queramos crear con la composición de líneas y formas. Nos traslada a otra dimensión, quizás por desconocida con algo de rechazo al principio, pero que sin dudarlo nos configura una nueva realidad.
Un camino nos muestra una dirección, indica por donde podemos transitar, es una referencia tranquila en el monte. Cuando caminamos vamos mirando al frente, buscamos el final de nuestro trayecto, y en muchas ocasiones perdemos la percepción de lo que nos rodea. La fotografía ha sido tomada en un camino, una pequeña lámina de hielo en zona de umbría que aguanta varios días. Quizás cuando nos abstraemos del entorno y somo capaces de observar con detenimiento, es cuando podemos entender que existen otros lenguajes visuales que son también muy atractivos.
En el siglo XX surgió la abstracción pura, influida por la fotografía, que de alguna forma afectó al arte figurativo de la época.
Por san Blas la cigüeña verás,...
El refranero español nos hace referencia a Blas de Sebaste que se celebra el día 3 de febrero, donde dice: "Por san Blas la cigüeña verás, y si no la vieres: año de nieves". Está claro que esta referencia al santo es por la estación del año, pues en España estamos en invierno, y en esta fecha del mes suele hacer frío. Pues san Blas, es solicitado por la curación de afecciones que tienen que ver con la garganta.
Esta zancuda, de gran y elegante porte, es muy conocida y popular en Península Ibérica. Es raro el niño que no conoce a la Cigüeña común (Ciconia ciconia), aunque este haya vivido en una gran urbe la mayor parte de su vida. Hubo un tiempo, hace 40 años, que su población mermó considerablemente, incluso la preocupación de aquellos a los que nos gustaban, nos condujo a realizar un simposio sobre la especie. A los pocos años comenzó a aumentar desproporcionadamente su población, llegando a verse actualmente durante todo el año.
Aunque es una especie muy sociable que, anida en grandes y pequeñas construcciones, suele ser tímida. En la fotografía están emitiendo el característico golpeteo entre las mandíbulas, donde curvan el cuello hacia atrás ambas al mismo tiempo.
