Se trata del menor de los buitres ibéricos, el alimoche, Neophron percnopterus. Además de su pequeño tamaño, no supera los 170 cm de envergadura, la observación en el campo es inconfundible por tener el plumaje general de color blanco que, contrasta notablemente con las negras de las primarias y secundarias. Su cara amarilla arrugada y sus plumas erizadas le dan un aspecto extraño. El pico es de especialista, algo ganchudo y alargado, ideal para rebañar los restos de carne, tuétano y tendones de los huesos, justo lo que los otros dejan.
En las carroñas aparece casi sin darnos cuenta, siempre silencioso y distante. Comienza a realizar su tarea sanitaria, más atento de sus congéneres de la misma especie que del resto de los buitres de mayor tamaño, cualquier resto que encuentra le vale.
Canon EOS 7D
Objetivo Canon 500 f/4L IS USM
Velocidad 1/1250 seg
F/6,3
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