lunes, 25 de abril de 2016

La Curruca del capirote



















Si nos vamos al s. XV, y tenemos en cuenta los atuendos que les imponía la inquisición a los penitentes, vemos que, además del sambenito, les obligaba a ponerse un capirote o cucurucho (así los llaman en mi tierra) de cartón o de tela, encima de la cabeza. Era el distintivo por la penitencia que les había impuesto el tribunal de la inquisición.
La Curruca capirotada (Sylvia atricapilla), nos muestra en esta fotografía el capirote negro del macho, que nada tiene que ver con la penitencia de siglos pasados. Aunque sí podríamos atribuir el nombre de la especie a tal evento.
Posiblemente, sea una de las especies orníticas de la Península Ibérica con un canto que, además de agradable, es muy variado.
Su movilidad y cierta vivacidad, hace que aparezcan en zonas claras del bosque, siempre con el cobijo de la vegetación colindante más espesa.

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