El rusco es una planta muy curiosa, con rizomas enterrados de los que brotan los tallos. Hasta aquí podríamos estar hablando de numerosas plantas que cumplen con esta condición, sin embargo, el rusco o ruscus como lo denominaban los romanos, tiene ciertas curiosidades. Las hojas, por ejemplo, son como pequeñas brácteas (hoja que nace del pedúnculo floral de apenas 2 mm) de cuya axila sale una ramilla lateral aplastada, según lo denomina Ginés López González en su guía de los Árboles y Arbustos de la Península Ibérica: "de figura aovada o lanceolada, bruscamente estrechadas en una punta espinosa, que semejan ser las verdaderas hojas de la planta y funcionan como tales; reciben el nombre de filóclados y en su centro nace una o dos flores diminutas", de apenas unos milímetros.
En la imagen podemos observar la pequeña flor femenina del rusco, ya que estas son unisexuales, suspendida en la falsa hoja; según comentaba antes, es una rama aplastada.
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