viernes, 15 de julio de 2016

¡Que viva el viento!



















A veces, no hay mejor día de campo que aquel que improvisamos. En otras ocasiones la adversidad nos proporciona el plus que necesitamos para motivarnos aún más.
En esta salida al campo con la familia Godin, amigos desde hace unos pocos años, la mañana comenzaba algo avanzada para lo que acostumbramos y opté por dedicarme a la fotografía macro. En el interior del bosque de roble, sin prisa, fui buscando algo con lo que amenizar la mañana y encontré una gran variedad de arañas, la mayoría sin identificar.
Comenzó un ligero viento, que entorpecía la realización de las fotografías que quería hacer, por lo que en vez de ponerme en contra de la situación adversa que se había generado, decidí ponerme a su lado para obtener imágenes diferentes. Tuve suerte y en algunas tomas pude obtener algunas imágenes interesantes. Aquí os dejo una de ellas.

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