domingo, 14 de febrero de 2016

¡Vaya noche de viento!

















Los álamos que hay en la ribera del arroyo que pasa por mi casa parecía que se iban a resquebrajar. El viento los zarandeaba como si se tratara de pequeños arbustos, y eso que algunos miden más de 20 metros. Las nubes pasaban a una velocidad increíble, parecía una carrera de alta competición. Aquí os dejo una de las fotografías que tomé anoche. 

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